martes, 30 de diciembre de 2014

Feliz año "nuevo"?



En estos días, en este año greogoriano que ya está finalizando, muchas personas en el mundo, están prestos a evaluar sus logros o la falta de éstos. 
Repensar es algo esencialmente bueno... si se trata de pensar en lo que queremos ser...
Es algo muy elogiable, meditar sobre las cosas que nos salieron bien y decidir sobre las cosas que queremos CAMBIAR...

CAMBIAR?!!!!!
Bueno... cambiemos... pero no tanto, eh?
Leíste esos post que dicen:
“Yo no cambié, es que no me conocías...”
“Yo no cambié... me cambiaron...”
Ufff
El ser humano vino a cambiar!!!!!!
Si no cambia es porque está embalsamado!

Sí, sí, claro! 
Todo el mundo aceptará que cambies, siempre y cuando sea para bien....
MENTIRA!
Cuál es el bien que el mundo acepta?
Que te vuelvas millonario?
Que por fin te cases?
Que te independices?
Sí, sí, pero... no es demasiado brusco?????

El ser humano vino a cambiar, si no, estaríamos gateando y usando chupete, lloraríamos a gritos pelados en lugar de pedir por favor, querríamos estar todo el día a upa y no dejaríamos dormir a nadie...

Claro, ese cambio de status es muy aceptable... de bebé a niño, de púber a adolescente, de joven a adulto, de la madurez a la ancianidad...
Sabes por qué?
Porque ese cambio, sucede aunque no querramos que suceda! 
Aunque nos hagamos cirugías, y llevemos una vida “sana”, el tiempo pasa para todos!
Pero que pasa con los cambios de carácter?
Con los cambios más privados y esenciales de las personas?
Qué hay con eso de dejar de ser malhumorados o envidiosos?
Qué hay con eso de dejar de usar ropa de moda y comenzar a vestirse como a uno se le de la gana?
Qué hay con abandonar la carrera, la pareja, el trabajo, por otras opciones menos estables y más afines a nuesta personalidad?
Qué hay con los cambios que debemos hacer para sentirnos mejor, para dejar de lloriquear y comenzar a decidir sobre nuestro destino?
Qué hay con los cambios que nos permiten decir NO, donde siempre nos manipularon?
Qué hay con los cambios que nos permiten vivir con flexibilidad de junco y olvidarnos del orgullo rígido de un árbol de pie?

Y ojo...
Cambio, no es ser una veleta!
Cambio, es decir: "Quiero intentar ser algo mejor de lo que fui hasta ahora, tanto para mí, como para mis seres queridos!"
Cambio, es proponerse metas diminutas para ir alcanzado una gran transformación!
Quieres adelgazar?
No te arruines la existencia! Elimina un alimento “engordante” cada día. Sube un piso por escalera!
Las personas vinimos a cambiar!
Canas por sabiduría!
Pero si sólo tienes canas, y no has aprendido nada de la experiencia, y vuelves a caerte en los mismos lugares oscuros o repites una y otra vez, eso de arrojar las mismas piedras para que otros las cabeceen... no es un tema de antioxidantes, sino que te has olvidado de cambiar...

La letra de un tango dice: “Si soy así...qué voy hacer?”
Pero... pensar así, es una necedad!
Si somos de una manera que no es agradable ni para nosotros ni para el entorno, entonces es hora de cambiar...
No cambies de traje, no cambies de disfraz, es hora de hacer algo revolucionario en nuestras vidas! 
Es hora de transmutar nuestro carbón en oro!

Todo cambio, comienza por una simple y llana decisión.

Y si alguien te dice (criticándote)
“Eh! Cómo cambiaste!”
Tú puedes responder con una sonrisa:
Gracias! A eso vine!

Feliz vida nueva para tí y para todos tus seres amados.
Lev Emet


domingo, 21 de diciembre de 2014

Verdad o consecuencia?

Carta 4

Cuando yo era pequeña, hace muchos años de eso...

(Para que hagas un cálculo aproximado, ésta soy yo, cuando tenía dos años y estaba dando un paseo con mis mascotas...)



Como te decía, cuando yo iba a la escuela primaria, había un juego que se llamaba “verdad o consecuencia”, si elegías verdad, debías responder preguntas comprometidas como : “te gusta juan?” y si elegías consecuencia, tal vez tuvieras que darle a Juan un beso en la mejilla... Wow!
Los tiempos han cambiado y también los juegos...
Pero hay algo que permanecerá por siempre:

La Verdad y la Consecuencia.
Digamos que casi todo el mundo quiera saber La VERDAD, pero muy pocas personas están dispuestas a aceptarla.
Muchas veces la gente dice buscar la verdad, pero se niega a atar cabos, a reunir evidencia, a corroborar dichos y hechos, a vaciarse de preconceptos y a admitir una versión distinta y a veces diametralmente opuesta a lo que, sin ninguna duda, definía como La Verdad.
La gente suele optar por lo carismático, por lo cómodo, por lo que no lo obligue a moverse o a cambiar...
Aunque sea un poco molesto, la gente prefiere que las cosas sigan su inercia, en lugar enmarañarse en buscar su verdad sobre las creencias, sus vínculos, sus capacidades o su ideología.
El motivo para la construcción de este andamiaje que suplanta la realidad por la visión solapada o caricaturizada de la misma, es que La VERDAD, casi siempre, duele.
La Verdad alivia, pero duele.
Y la mayor parte de las personas, y no sin razón, prefiere evitar a toda costa el dolor.
Tan es así, que el intento por eludir el dolor que conlleva la verdad, suele provocar que se acumelen bajo la alfombra, aquellos dolores crecidos con el tiempo y el autoengaño, porque la mayor parte de los seres humanos, intentará patear hacia un futuro desconocido, cualquier verdad que pueda hacer tambalear el mismísimo y aceptable presente.

Para ponerse a buscar la verdad, para aceptarla, uno tiene que estar dispuesto a obrar en consecuencia (la segunda opción de mi juego infantil).
La verdad tiene que traer consigo, la oportunidad de hacer una revolución en nuestras vidas, de otro modo, saber la verdad y no actuar de manera coherente con esta sabiduría, nos generaría un cortocircuito de tal magnitud, que problablemente nos volvería imbéciles emocionales incapaces de aprender de cualquiera de nuestras experiencias.
Si repetimos, una y otra vez los mismos errores, sería recomendable revisar nuestra cuota de verdad y verificar que no nos estamos volviendo incapaces a la hora de evaluar nuestras vivencias.
Te lo digo porque lo he vivido en carne propia, tengo varias condecoraciones que hacen honor a mis reiteradas caídas en el mismo bache vivencial.

El ser humano tiende hacia la comodidad, cada avance en la ciencia, en la tecnología, en la estructura de los vínculos sociales, tienden a facilitar el no moverse demasiado.
Pero cuando, de pronto, aún sin desearlo, aparece una verdad ineludible, la persona debe recurrir a una cuota de energía extra para hacer frente a tal innovación, ya sea para inventar otra salida, otra estructura, o para ocultar semejante información tormentosa, bajo decenas de excusas, de dudas, de distracciones o de confusión.

La cuestión es que, de cualquier modo, siempre hay consecuencias. Ya sea que nos transformemos en héroes de nuestra propia vida, actuando con valentía frente a los desafíos de la cotidianeidad o que optemos por vivir escondidos como cobardes mendigos de la existencia, todo lo que nos sucede, es la consecuencia de alguna verdad con la que hemos interactuado, ya sea para elevarnos por sobre el horizonte o para entumecer nuestras cabezas bajo una pila de expresiones multimedia, de fast food o promiscuidad.

Cualquier distracción es buena a la hora de eludir la verdad, y me imagino que comprendes que cualquier adicción, no es más ni menos que una respuesta, no muy productiva, a una verdad dolorosa que hemos intentado acallar.

Es que no es fácil vivir con ciertas verdades a cuesta.

No es fácil vivir sabiendo que nuestra madre o nuestro padre/abuelo/tío/etc., abusó de nosotros cuando éramos pequeños...
No es fácil vivir sabiendo que nos han culpado de todos los fracasos que tuvieron otras personas, cuando ni siquiera teníamos conciencia de ser un puching ball indefenso...
No es fácil vivir sabiendo que cuando dijeron: “es por tu bien” era para ocultar el egoísmo y la crueldad que nos querían encajar a la fuerza...
No es fácil vivir sabiendo que, si bien tenemos una casa, una familia, no tenemos un hogar ni abrazos donde caer rendidos para llorar...
No es fácil vivir sabiendo que cuchichean sobre nosotros a nuestras espaldas, que nos hacen el vacío porque somos distintos, más bellos, más pobres, más sobrios, más inteligentes, más talentosos, más bondadosos, o simplemente, más verdaderos...

Pero uno puede elegir, definitivamente, puede decidir transitar la verdad o negarla y nadie nos puede quitar ese privilegio.

Podemos elegir entre el horror de negar una verdad dolorosa y autodestruirnos en compañías de abusadores, de mediocres o de zombies, o intentar hacer frente a la verdad, y asumir la responsabilidad de crear un nuevo destino para nosotros.

Los que se aferran a la mentira se reirán, pero el cinismo de sus carcajadas se atorará en un sendero que no llega a ningún sitio.

Asumir la verdad o negarla, tiene consecuencias, y la llave, la opción de lo que haremos con la verdad, está en nuestras manos.
Por supuesto que la elección de la verdad, es un accionar privado y particular, después de años de estar vinculada a distinto tipo de ambientes y personas, aprendí desde la carne y los huesos, que nadie puede hacer “ver” la verdad a un otro que quiere ir por el mundo con los ojos y el corazón tapados.

Por eso te escribo, porque si tú eres uno de aquellos extraños seres de nuestro planeta, que quiere saber la verdad de su historia, de sus vínculos, de su potencial, de las barreras internas y externas que debe enfrentar para actualizar su destino, entonces te sentirás menos solo y sabrás, que perseguir el camino de la verdad, aunque el paisaje esté lleno de espinos, te llevará a tu puerto, a la voz de tu propia alma, a tu máximo potencial.

Y allí, a lo largo o en el final del camino, brindaremos juntos por nuestro valor y nuestra perseverancia.

Seguimos en contacto
Con cariño

Lev Emet.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Infidelidad-infelicidad



Carta 3

Hola, cómo estas?
Mmm mmm...
Tal vez te hayas preguntado de dónde viene toda esta infelicidad que se apodera de nuestras vidas como si fuéramos víctimas de un secuestrador de buenos momentos...
Algo nos roba la alegría, y no logramos sentirnos contentos con nosotros mismos, con nuestras elecciones...

Yo creo que la base de nuestra sensación de caos y de dolor proviene de la infidelidad...

Sí, la gente cree que la infidelidad es una traición en una pareja, un matrimonio... pero la infidelidad trasciende los vínculos maritales, y en todo caso, la infidelidad conyugal es una consecuencia de previos derrumbes en la confianza ...

La infidelidad, parte de los padres para con los hijos...
Madres contando intimidades del niño, en una reunión casual entre mujeres aburridas en las plazas...
Papás y mamás ignorando el llanto de su bebé, despues de haber leído siniestros libros que advierten a padres primerizos, frágiles e indefensos progenitores, sobre la manipulación de esas “horrendas” criaturas recién nacidas... 
Un niño autoculpándose y justificando la desatención de sus tutores y comenzando un camino angustioso hacia el autoengaño y la automutilación de las emociones verdaderas...
Hermanos, hermanas, parientes o adultos cercanos, que se comportan con deslealtad y abusan de la ingenuidad y la inocencia de los más pequeños...
Maestros que se hacen los simpáticos mientras que a modo de juego, nos propinan golpes, nos burlan frente a nuestros compañeros, o nos interrogan sobre asuntos privados...
Madres que quieren adueñarse de nuestros talentos, o nuestra belleza y nos venden al mejor postor...
Padres que se ausentan, que no están, que no nos ven, que no nos recuerdan...
Amigos que, en el instante de mayor vulnerabilidad, nos canjean por amigos más ricos, más populares o más rebeldes...
Novios, novias, que se ven con otras, con otros, con otras y otros...
Profesores que esperan favores...
Profesoras que esperan sobornos...
Politiqueros que nos usan para sumar votos...
Terroristas que nos utilizan de esclavos sexuales o de escudos humanos...
Todo aquello que de alguna manera, corroe y apolilla nuestra percepción de lealtad y amor incondicional...

La infidelidad no comienza cuando llegamos a la adultez...
Comienza cuando nos enseñan que no valemos nada.
Y que no hay nada ni nadie a qué aferrarse...
Cuando desde los primeros días de existencia, nos niegan la fidelidad que necesitamos para creer que tenemos un sentido sagrado...
Cuando desde el inicio de nuestras vidas, no existe esa primera confianza, ese primer soporte para creer en uno mismo, en el entorno cercano, entonces comienza nuestra apuesta a la INFIDELIDAD.
Primero nos fallamos a nosotros mismo, nos autoengañamos, nos sentimos minusválidos emocionales y apostamos a los vínculos donde volveremos a confirmar una y otra vez, que nunca seremos amados por lo que somos en realidad...

La infidelidad es un grito de desesperanza.
Es no poder invertir en el auténtico amor, es estar a la defensiva, huyendo hacia otras opciones sin futuro...
Es apostar a lo superficial, a la cáscara, y así, evitar sentirse herido en la intimidad...


Si la gente en el mundo fuera infiel pero feliz, este artículo mío, no tendría ninguna razón de ser...
Pero el ser humano, ese que no confía y que traiciona, ese que no cuida y que se deja llevar por cualquier deseo que se le apetece, ese ser humano, es una persona infeliz.

Los pseudoliberales saldrán a justificar con miles de argumentos infantiles y paupérrimos, infidelidades divertidas y liberadoras, pero la verdad de la desdicha, volverá para borrar las sonrisas cínicas de un simple y sonoro sopapo.

Una persona que no se ha sentido amada, que no escucha su propia voz y traiciona sus sueños...
Una persona que ha sido educada por manipuladores que le enseñaron a manipular para actualizar sus caprichos...
Una persona que necesita que otros estén constantemente confirmando que es valiosa, que es inteligente, que es bella o que es joven, es una persona infiel a sí misma, a su verdadera esencia, y en breve, para satisfacer su voracidad de ser valorada, traicionará aún a quién de verdad, intenta amarla como realmente es.

Aquellos que no han encontrado esa fidelidad a ellos mismos, buscarán tapar su angustia de agujero negro a través de diversas adicciones, drogas, alcohol, promiscuidad, carreras profesionales maratónicas, progresos económicos poco transparentes, o ansias de poder sin contenido...
Alguien que se siente feliz consigo mismo, puede caminar y construir solo o con otros, sin necesidad de aplausos, sin necesidad de traicionar lo que en verdad es...


Si estamos hartos de estar saltando de infidelidad a infidelidad, sea del tenor que sea, y queremos rehabilitar nuestra condición de ser humano de confianza, sería bueno que comencemos a curarnos, con un primer paso.
Ser fieles a nosotros mismos...
Y cómo ser fiel a alguien que ni siquiera conoces?
Entonces pasamos al pre-paso, a intentar saber quién eres y por qué estas aquí.

La respuesta debe, indefectiblemente, ser una respuesta que te haga sonreir desde tu propio corazón.

Con cariño, hasta la próxima

Lev Emet

PD: Cuando llegué a uno de los puntos más bajos de mi crisis de auto-infidelidad, tuve que preguntarme las preguntas más básicas, como si yo bebía café, porque así lo hacían todos, porque así había sido educada o porque de verdad, lo percibía delicioso en mi paladar...

El día de hoy, ya no tomo café.


jueves, 4 de diciembre de 2014

El Poder del Náufrago



Carta 2:

Gracias!
Gracias por permitirme estar en contacto contigo nuevamente.
Es que... hay tanto para compartir...
El problema que tenemos habitualmente, es que ignoramos ser herederos de un tesoro que podemos compartir...
Y es difícil dar, lo que uno ni siquiera sospecha que tiene...
Pero aunque lo ignoremos, todos tenemos algo, algo esencial, algo que nadie más tiene...
Tú y yo, y toda le gente que nos rodea, aunque estemos cubiertos de máscaras, bajo nuestra piel, guardamos algo especial... Es nuestro sello, algo que tiene la capacidad de cambiar no sólo nuestras vidas, también puede cambiar la vida de los demás...

Lamentablemente, tenemos que luchar a brazo partido contra la fuerza que intenta esclavizarnos y embalsamarnos en la mediocridad.
Es una fuerza que, si le tememos, si nos dejamos empequeñecer con sus tretas, sus amenazas y sus propagandas, podemos llegar a desperdiciar toda nuestra vida metidos en un hoyo oscuro, sea de soledad, de ambición o de adicciones...

Ella nunca desaparecerá, esta fuerza está puesta en nuestro camino, para enfrentarla. Porque en el enfrentamiento, descubrimos nuestro verdadero potencial.

No es necesario que tengamos que guerrear con golpes de karate, podemos encontrar nuestro propio modo de resistir y de crecer, podemos luchar contra todo aquello que amenaza con atraparnos, elevándonos por sobre nuestras propias cabezas...

Nuestra primera dificultad, es que muchas veces, por no decir la mayor parte de la veces, son los miembros de nuestra propia familia que, durante nuestros primeros y tiernos pasos, intentan ser titiriteros de nuestra existencia, en lugar de enseñarnos a dialogar con nuestro propio corazón...
Los padres, los maestros, deberían educarnos para descubrir cuál es nuestro verdadero poder, nuestro verdadero talento...
Y en muchos casos, por no decir la mayoría, están más atareados en ayudarnos a amordazar la voz que intenta surgir desde lo más profundo de nuestro alma, que en ayudarnos a amplificar nuestro sonido. No siempre lo hacen con mala intención, la mayoría de las veces, es porque ellos también son víctimas de su sordera, y tampoco han sabido escuchar lo que expresan sus propios latidos...

Ahora, si has vivido, como yo, esperando aprobación, esperando reconocimiento, esperando que alguien te diga lo que puedes o debes hacer, o sentir, o desear...
Si has vivido demasiado tiempo, creyendo que otros tienen respuestas para tu dolor, tu tristeza, tu falta de armonía, tu infelicidad...
Es hora que sepas que la llave para volar por sobre tu miseria, no la tiene ningún gurú, la llave, la tienes tú.
Claro que es más fácil decirlo, que salir a conquistar tu destino, pero cada uno es responsable por lo que decide.

Yo, no siempre elegí el camino de, “voy a ser quién vine a ser”, pero fueron justamente aquellos estados de esclavitud, los que me enseñaron que no quería esas cárceles eternas para mi espíritu.
Quiero confesarte, que el tiempo que transité mi propio sometimiento, no fueron días o meses, sino que fueron largos y terribles años de tortura emocional. Así que sé muy bien de lo que estoy hablando...

Pero ahora estoy aquí, burlándome de esa fuerza sobrecogedora que dedica toda su energía a intentar aplastar cada síntoma de libertad, de creatividad o de verdad, que amenaza salir desde mí.
Claro que no bajo los brazos, porque esa fuerza oscura, está acechándome constantemene, y es en definitiva, la que me provoca haciéndome mover, luchar y vivir.

Así que si sientes que te han atado las manos, o la cabeza, o el corazón: Bienvenido al Club!
Si al menos te sientes incómodo, si al menos sufres por eso, éstos son los primeros síntomas de salud!
Sí! Sentirse mal, sentir que te sientes desgarrado, es una señal de que la esencia en tu interior, aún está sana y quiere liberarse, quiere iluminar!

No quisiera ilusionarte en vano, porque debes saber que volver al hogar perdido, es una tarea ardua y se requiere mucho valor y mucha fe... Y muchas veces, hay que hacer largos trayectos a oscuras y solos...
No es fácil, pero no hay nada en el mundo que se asemeje al placer de luchar por lo que uno vino a ser.
Y lo que uno vino a SER, no es una cima a la que tenemos que llegar, lo que uno vino a SER, es el camino, el recorrido que inventamos con cada paso, cada gesto, cada elección.

Gracias por permitirme volver a escribir...

Si no estuvieras allí, leyendo, de todos modos yo, seguramente, seguiría escribiendo, y enviaría mis cartas, con el poder del náufrago que arroja sus esperanzas dentro de una botella hacia el mar infinito...
Pero ahora que sé que estas allí, y que me has dado permiso para continuar nuestra correspondencia, me hará feliz encontrarme con tus palabras, como una respuesta de corazón a corazón.

Gracias...

Con cariño
Lev Emet


martes, 2 de diciembre de 2014

En busca del hogar perdido...



Mi intención no es ser un GPS, ni abrumarte con datos que podrías encontrar en Google...

Mi intención es contarte cómo pude hallar el camino hacia mi hogar perdido, para que tú también, tengas la opción de elegir y no te extravíes en mundos falsos, que distorsionan la existencia...

Aunque imagino que no es necesario, pero como es mejor prevenir que curar, te aclaro que cuando hablo de “mi hogar perdido”, no me refiero al hogar de mi infancia, porque mi niñez no fue sino, un péndulo triste que se movía al ritmo de los abusos de mi madre y la debilidad de mi padre...

Cuando hablo de mi hogar, me refiero a ese hogar añorado, tallado dentro de mi corazón, que perseguí y por el que luché a lo largo de muchos y agotadores años...

Cargo conmigo más tiempo que el que puedo contar, porque en la profundidad de mis días transité equivocadamente mapas ajenos, me dejé estupidizar por charlatanes que me alienaron con todo tipo de piedras de colores, me embaucaron lobos disfrazados de víctimas, que lentamente pusieron grilletes en mi cuello y me llevaron de las narices contra el precipicio, me desesperé, intenté ser vengativa y malvada, infinitas veces deseé suicidarme y activé variadas maneras de autodestruírme... pero nada resultó, y ahora finalmente, estoy aquí, de pie, en el hogar que he construído con esfuerzo, con piedad y con verdad.

Aunque muchas veces intenté “tirar la toalla”, nunca obtuve el permiso para renunciar.
Hubiera querido ser descalificada o arrojarme desde alguna terraza, pero mi voluntad más íntima estaba tatuada en mi sangre, desde algún lugar extraño surgía una pulsión indomable por la vida, entonces volvía una y otra vez de entre los muertos, para renacer... como el ave Fénix...

Comprobé que estaba marcada de una manera inmortal, y pensé que, si de todas maneras, estaba obligada a regresar a "mi amado hogar" aunque el emprendimiento me tardara mil benditos siglos de reencarnaciones, era más digno abandonar definitivamente mi auto-boycot y ponerme a caminar para intentar llegar a casa medianamente entera...
Dirigí mi energía a observar, a aprender, a practicar, decidí hacer que la holografía incrustada dentro de mi corazón, pudiera ser materializada en un mundo real.

Después de incontables fracasos, me dí cuenta que la manera inequívoca de alcanzar mi meta, era creando mis propios mapas.

Porque es bueno saber, que todo el mundo es un torpe ignorante a la hora de descifrar lo que llevas oculto en tu interior...

Los demás, no tienen tus respuestas. Punto.

Los demás, los más afortunados, tienen apenas un pasaporte que les permite viajar hacia su propio destino...
Pueden aconsejarte sobre algunos trámites inútiles, sobre atajos que llevan a la perdición, sobre algún personaje siniestro que es preferible esquivar, pero no te engañes, nadie conoce tu sendero y aquel que dice que lo conoce, es un llano y peligroso secuestrador de almas.

Así que, como yo, en lo más profundo de mí, de verdad quería liberar ese lugar cálido que latía en mi corazón, tuve que arrancar las cáscaras de hielo, de fuego y de vanidad que me lo ocultaban...

No sé si comprendas lo que te estoy diciendo, pero rezo para que, si te sientess perdido, puedas descubrir en mis palabras, códigos secretos para transitar tu propia travesía..

De cualquier modo, quiero darte un consejo: nunca te des por vencido.

No te lo digo para alentarte como si yo fuera una tapa de libro cliché de autosuperación y autoestima, no. Te lo digo como una advertencia amorosa, si no luchas por volver a tu verdadero hogar, al hogar que tu alma anhela, vivirás un infierno distinto cada hora de tu vida.

Entiende bien, no es una amenaza, es una realidad, aunque te saquen o te salgas de este laberinto terrenal, volverás una y otra vez hasta que lo logres, hasta que logres construir tu propia y única felicidad...

Puedes estar pensado que es una situación miserable, el estar “forzado” a actualizar tu propia dicha, pero hay millones de seres humanos, en peores condiciones que nosotros, que ruegan por un día más de vida... deberías pensar en ésto...

Te regalo una información, sí, y te la doy gratis, porque en este complejo proyecto, yace un secreto perturbador que muchas veces se descubre sólo al final de nuestros días...

El famoso Paraíso, aquel lugar maravilloso, pleno de luz y sabiduría del que hablan casi todas las religiones, no está en Cielo...

El Paraíso, tu Paraíso y el mío, se construye, se descubre aquí, en este mundo, con las herramientas y el diseño guardado cripticamente en el interior del corazón.

Tu Paraíso, (o tu infierno) viaja contigo a dónde vayas...

Si estas vivo, pues lo llevas entre los vivos, y cuando ya no lo estés, te lo llevarás con tu espíritu para siempre.

Hay una buena noticia, nadie puede robar o habitar tu Paraíso, porque ese lugar te pertenece a tí.

Pero... debes conquistarlo, debes conseguir la llave.

Si ya estás leyendo esta carta, y aún no has buscado tu hogar perdido, tal vez sea hora de empezar...

Te propongo que al menos, lo pienses...

Porque los grandes puentes hasta tus sueños, comienzan al unir tu mente y tu corazón en esta tarea fabulosa.

Si estás de acuerdo, entonces, te volveré a escribir.

Con cariño

Lev Emet



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