Algunos te dirán que el dinero es
poder, y gastarán en un año, un millón de dólares en joyas ...
Otros te dirán que el poder, es tener
autoridad sobre otros, y se dedicarán a oprimir, a manipular, a
estafar o a humillar a todos los que caigan bajo su red...
Otros te dirán que el poder es el
carisma, la belleza, la sensualidad, y se dedicarán a conquistar y a
seducir sin asco y sin corazón en pos de un harem contabilizado en
su memoria aburrida...
Otros te dirán que el poder es
amenazar, aterrorizar, asesinar, degollar, violar, o lacerar a otros
hasta que dejen de rogar...
Y otros te diran que el poder es
curar, dar alivio, ayudar, facilitar y asistir a... otros...
Pero todos ellos viven en sus
respectivos mundos imaginarios...
El único poder que existe es nuestra
intransferible capacidad de decidir.
Puedes preguntarte, qué poder tiene un
hombre frente a la violencia, frente a una cámara de gas, frente a
un psicópata secuestrador?!
Y sólo hay que saber, que hay una
llave que nos pertenece y que es invalorable... y nadie, nadie, puede
hurtarla...
Hay personas en todo el mundo, que son
ejemplos vivos de que el poder está en cada uno de nosotros!
Cada uno de nosotros puede elegir la
actitud que quiera frente a todas las circunstancias de la vida...
Y es riesgoso...
No sólo en casos extremos como cuando
un hombre común decide hacer frente a un terrorista que intenta
asesinar a otras personas...
No sólo, negándose a sobornar o a ser
prostituído cuando todo el mundo lo hace...
Sino, y especialmente, cuando uno debe
decidir si será feliz o será un desgraciado...
Parece una locurta, pero no lo es.
Nos han hecho creer que ser feliz,
depende de tener o conseguir determinadas cosas, objetivos, o
vínculos...
Pero ser feliz, y todos lo sabemos en
algún rincón de nuestro corazón, no depende de lo que tenemos, ni
de lo que somos para otros...
Ser feliz, es una decisión.
Una decisión constante y sin treguas.
Para respirar, si estas medianamente
sano, no necesitas pensar, ni evaluar, ni decidir nada...
Pero para ser feliz... necesitas todo el poder,
tu propio poder, el poder de tu decisión.
Breve historia de una decisión...
Ella estaba perdida...
Había intentado todo lo que ella había
podido intentar, pero no hubo manera de que él volviera...
Lo había perdido.
Y ella se había perdido con tanto
dolor y tanta ausencia...
No podía dejar de culparse... si
hubiera hecho otras cosas, si hubiera actuado diferente... tal vez...
Y la tortura venía a despertarla por
las mañanas y no la dejaba dormir por las noches...
Era un sin fin de remordimientos, de
lágrimas, de recriminaciones, de oscuridad...
Cuánto se puede vivir así?
Pero ella no quería vivir...
No quería nada.
Sólo quería que él volviera...
Estaba haciendo de su vida y la de sus
seres queridos, un laberinto sin salida...
No hay modo de hacer que los otros
hagan lo que uno quiere que hagan... No hay modo de manipular el
amor...
-Ufff... le dijo un hombre sabio...
-Uffff... qué?! ella preguntó
ofendida...
-Eres como cualquier materialista...
-Qué!!!!????? gritó desde su corazón
desgarrado... Acaso no conoces el dolor que me derrumba día a
día???!!!!
-Eres como cualquier materialista,
estás enfocada en una sola cosa...
-Cómo te atreves ???!!!
-Estás enfocada en tu dolor, sólo en
tu dolor, y no ves nada más!
-...
Ella quiso gritar Qué más???!!!! Pero
no pudo, porque aunque estuviera cegada por la tristeza, aún le
quedaba la cordura de admitirlo. Sí, había cosas buenas en su
vida... Cosas muy buenas...
Simples cosas, tener un techo, comida
para alimentarse, poder ir al baño y que sus seres queridos
estuvieran sanos...
Con los despojos que aún latían
dentro de sí, con el amor que tenía para dar, tomó una decisión.
Ser feliz.
Hacer todo lo posible. No sólo por
ella, también por aquellos que la estaban esperando...
Lo intentó duro.
Desde sus propios submundos.
Desde su trabajo interior.
Reubicando el dolor.
Reubicando el amor.
Abriendo una salida en el laberinto...
No lo hizo en un día, y tampoco lo
hizo sola.
Pero lo hizo sin medicación... sin "profesionales"...
Su decisión, Dios, y el amor de quienes la
esperaban, la ayudaron a luchar contra la depresión...
Se hizo un programa de emergencias,
cada vez que aparecía ese pensamiento terrible, cada vez que se
empezaba a decir: “si hubieras sido diferente”, ella tomaba una
imagen de la caja de primeros auxilios, pensaba en flores, en olas
del mar, en cualquier tontería, hasta que el pensamiento destructivo
se iba... hasta la próxima batalla...
Intentó ver lo bueno, intentó ponerse
metas para no enojarse durante el almuerzo de los sábados, y luego,
fue más ambiciosa y se propuso no enojarse en el transcurso de la tarde del
sábado, también...
Decidió, decidió, decidió, a cada
instante...
Era agotador, pero vital, como
cualquier entrenamiento...
Fue avanzando...
Pasaron los años, hubo nuevos desafíos
y nuevas metas, y aún, sangraban las viejas heridas... Ella volvía
a vendar y volvía a empezar una y otra vez...
A veces era una foto, un juguete, una
situación similar, un miedo, una película....
Ella era, ella es, como un ex-adicto, ex-alcóholico...
Siempre volvía y siempre había que
luchar contra la tentación de caer en el dolor sin remedio y sin
salida...
Pasaron más de diez años... Y un día
descubrió algo aterrador que podía liberarla...
Ella descubrió, que aún deseaba que
nunca hubiese pasado lo que sucedió!
Ella quería que "aquello" no hubiera pasado
nunca!
Y sin saberlo, se había aferrado a la ilusión de revivir la historia, su historia...
Años luchando, años trabajando sobre
reconstruir su vida, pero aún continuaba, sin darse cuenta, apegada a “si no hubiera sucedido lo que sucedió...”
Después de más de diez años tuvo que
volver a decidir.
Tuvo que aceptar que lo que había
ocurrido en el pasado, ahora, en el presente, se había transformado
en una fuente de poder, ella se había transformado en la dueña de
una gran sabiduría...
Han pasado casi catorce años... Ella
es feliz. Decide ser feliz cada día, a cada hora...
A veces es muy fácil, y otras veces... es tan difícil como rescatar una flor en un tsunami...
Pero continúa de pie. Poderosa.
Porque el poder de ser feliz, no está
en la cuna, ni en una bandeja de plata, no está en los dones, ni en
la juventud.
El poder de ser feliz con lo que eres,
está en las decisiones que tomas cada segundo de tu vida...
Y como en cualquier entrenamiento
poderoso, no existe fortaleza, sin dolor.
Con amor
Lev Emet
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