De golpe, no sé cuando empezó todo
ésto... pero sentí como si el gran muro que me había protegido, o
me había limitado hasta ahora, se derrumbaba...
Frente a mí, aparecieron infinitas
cuerdas tendidas en el vacío...
Tensas, se sostenían en el espacio y
yo estaba allí, casi sin poder respirar por la emoción...
Tenía que elegir una cuerda y comenzar
a andar sobre ella... hacer equilibrio...
Si tan sólo supiera que allí abajo,
de alguna manera invisible, habría una red de seguridad, entonces me
largaría a andar, aún sabiendo que podría caer en cualquiera de
mis pasos, sobre cualquier cuerda que hubiese elegido...
Pero tenía casi certeza de que no
había ninguna red tendida para asegurar que no me rompiera en mil
pedazos en el primera caída...
Estaba solo, me sentía abrumado y
solo...
Las certezas de antaño, si es que
alguna vez existieron, y si es que tenían algún valor, ya no
estaban, habían desaparecido, y no tenía ningún sentido volver
hacia atrás...
Hubiera sido vergonzoso volver hacia
atrás...
Veo otros como yo que se largan a
tientas por una cuerda, y yo les grito: No tienes miedo?!!
Y todos asienten y muchos comienzan a
correr de manera alocada, porque están más perdidos que yo y
prefieren morir a sentirse desesperados...
Yo aguanto la desesperación de la
incertidumbre y empiezo a caminar, camino, y sigo caminando...
Otros se han quedado en el umbral de
las cuerdas. No han dado ni un sólo paso por temor a fallar...
Se quedan allí, sentados, comen, se
ponen obesos, buscan distraerse con cualquier cosa que los haga
olvidar que se han detenido y que la vida sigue allí afuera, llena
de desafíos pendientes...
Algunos caminan sorientes, aunque
temen, y aunque caen y vuelven a empezar, ellos cuentan con esa red
que extendieron para ellos... Vuelven a caerse y lloran, pero vuelven
a empezar una y otra vez...
Aquí no cuentan las riquezas, ni el
color de piel, no cuenta la preparación académica, ni la belleza,
ni el buen corazón...
Aquí cuenta la fe y las agallas...
Todos quisieran tener esa red...
Y muchos confían encontrarla en el
alcohol o en las drogas...
Pero tarde o temprano, sólo se
encuentran con el abismo...
Yo también quisiera tener esa red...
pero mi padre quedó paralizado en mitad de la nada y nunca supo cómo
tejer una para mí...
Y mi madre se aseguró de cortar todas
las cuerdas que pudieran llevarme hacia algún lugar opuesto al que
ella había planeado...
De situaciones como la mía, hay
incontables historias esparcidas por todo el mundo...
Cambian los nombres, los roles, cambian
las tácticas opresivas, pero hay infinitos individuos como yo, que
han sido hostigados para debilitar nuestra libre elección, e impedir
que despleguemos nuestras propias alas...
Porque ya sabes como es... si te han
dicho y repetido que “esto es todo lo que hay”, que “no te
ilusiones”, que “tu nunca llegaras a eso”, que “acaso te
crees especial?”, “siempre serás el mismo”, “ni lo
intentes”, “te voy a matar”, “me vas a matar”,
“etc.etc.etc.”, andar por las cuerdas va a resultar harto
difícil...
Pero que más da! Perdido por perdido,
vale la pena intentarlo!
Nadie tiene certezas, y los cobardes,
te inundarán la cabeza de dudas, culpas y prejuicios...
Pero si no aprovechamos ahora, que
tenemos toda la vida por delante...
Cuándo?
Después de intentarlo y seguir intentándolo por más de medio siglo...
Con todo mi cariño
Lev Emet
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