jueves, 4 de diciembre de 2014

El Poder del Náufrago



Carta 2:

Gracias!
Gracias por permitirme estar en contacto contigo nuevamente.
Es que... hay tanto para compartir...
El problema que tenemos habitualmente, es que ignoramos ser herederos de un tesoro que podemos compartir...
Y es difícil dar, lo que uno ni siquiera sospecha que tiene...
Pero aunque lo ignoremos, todos tenemos algo, algo esencial, algo que nadie más tiene...
Tú y yo, y toda le gente que nos rodea, aunque estemos cubiertos de máscaras, bajo nuestra piel, guardamos algo especial... Es nuestro sello, algo que tiene la capacidad de cambiar no sólo nuestras vidas, también puede cambiar la vida de los demás...

Lamentablemente, tenemos que luchar a brazo partido contra la fuerza que intenta esclavizarnos y embalsamarnos en la mediocridad.
Es una fuerza que, si le tememos, si nos dejamos empequeñecer con sus tretas, sus amenazas y sus propagandas, podemos llegar a desperdiciar toda nuestra vida metidos en un hoyo oscuro, sea de soledad, de ambición o de adicciones...

Ella nunca desaparecerá, esta fuerza está puesta en nuestro camino, para enfrentarla. Porque en el enfrentamiento, descubrimos nuestro verdadero potencial.

No es necesario que tengamos que guerrear con golpes de karate, podemos encontrar nuestro propio modo de resistir y de crecer, podemos luchar contra todo aquello que amenaza con atraparnos, elevándonos por sobre nuestras propias cabezas...

Nuestra primera dificultad, es que muchas veces, por no decir la mayor parte de la veces, son los miembros de nuestra propia familia que, durante nuestros primeros y tiernos pasos, intentan ser titiriteros de nuestra existencia, en lugar de enseñarnos a dialogar con nuestro propio corazón...
Los padres, los maestros, deberían educarnos para descubrir cuál es nuestro verdadero poder, nuestro verdadero talento...
Y en muchos casos, por no decir la mayoría, están más atareados en ayudarnos a amordazar la voz que intenta surgir desde lo más profundo de nuestro alma, que en ayudarnos a amplificar nuestro sonido. No siempre lo hacen con mala intención, la mayoría de las veces, es porque ellos también son víctimas de su sordera, y tampoco han sabido escuchar lo que expresan sus propios latidos...

Ahora, si has vivido, como yo, esperando aprobación, esperando reconocimiento, esperando que alguien te diga lo que puedes o debes hacer, o sentir, o desear...
Si has vivido demasiado tiempo, creyendo que otros tienen respuestas para tu dolor, tu tristeza, tu falta de armonía, tu infelicidad...
Es hora que sepas que la llave para volar por sobre tu miseria, no la tiene ningún gurú, la llave, la tienes tú.
Claro que es más fácil decirlo, que salir a conquistar tu destino, pero cada uno es responsable por lo que decide.

Yo, no siempre elegí el camino de, “voy a ser quién vine a ser”, pero fueron justamente aquellos estados de esclavitud, los que me enseñaron que no quería esas cárceles eternas para mi espíritu.
Quiero confesarte, que el tiempo que transité mi propio sometimiento, no fueron días o meses, sino que fueron largos y terribles años de tortura emocional. Así que sé muy bien de lo que estoy hablando...

Pero ahora estoy aquí, burlándome de esa fuerza sobrecogedora que dedica toda su energía a intentar aplastar cada síntoma de libertad, de creatividad o de verdad, que amenaza salir desde mí.
Claro que no bajo los brazos, porque esa fuerza oscura, está acechándome constantemene, y es en definitiva, la que me provoca haciéndome mover, luchar y vivir.

Así que si sientes que te han atado las manos, o la cabeza, o el corazón: Bienvenido al Club!
Si al menos te sientes incómodo, si al menos sufres por eso, éstos son los primeros síntomas de salud!
Sí! Sentirse mal, sentir que te sientes desgarrado, es una señal de que la esencia en tu interior, aún está sana y quiere liberarse, quiere iluminar!

No quisiera ilusionarte en vano, porque debes saber que volver al hogar perdido, es una tarea ardua y se requiere mucho valor y mucha fe... Y muchas veces, hay que hacer largos trayectos a oscuras y solos...
No es fácil, pero no hay nada en el mundo que se asemeje al placer de luchar por lo que uno vino a ser.
Y lo que uno vino a SER, no es una cima a la que tenemos que llegar, lo que uno vino a SER, es el camino, el recorrido que inventamos con cada paso, cada gesto, cada elección.

Gracias por permitirme volver a escribir...

Si no estuvieras allí, leyendo, de todos modos yo, seguramente, seguiría escribiendo, y enviaría mis cartas, con el poder del náufrago que arroja sus esperanzas dentro de una botella hacia el mar infinito...
Pero ahora que sé que estas allí, y que me has dado permiso para continuar nuestra correspondencia, me hará feliz encontrarme con tus palabras, como una respuesta de corazón a corazón.

Gracias...

Con cariño
Lev Emet


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